lunes, 28 de abril de 2008

Puebos originarios de América

Alumnos: Norma Sanchez, Gabriel Valiente


PUEBLOS ORIGINARIOS


Bibliografía:

http://www.paginadigital.com.ar/articulos/
http://es.wikipedia.org/

Introducción:
Las actuales poblaciones indígenas son los descendientes de los habitantes originarios de nuestro planeta. Se estima que hay, en la actualidad, unos 300 millones de aborígenes distribuidos por todo el mundo, en más de 70 países. Contra lo que muchos suponen, hoy en día muchas naciones están integradas por una mayoría de indígenas. Tanto es así que el 60 por ciento de la población de Bolivia es aborígen, al igual que casi la mitad de los habitantes de Guatemala y Perú. Es más, China y la India suman juntas, algo más de 150 millones de indígenas.. Según datos no oficiales, la población indígena de nuestro país supera las 550.000 personas: el pueblo más numeroso lo constituyen los kollas, cuyos 150.000 descendientes se distribuyen en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. En Tucumán vive la comunidad más grande de los diaguitas calchaquíes, que suman algo más de 90.000 personas en todo el país. También son muchos los tobas -suman casi 80.000, que viven en Chaco, Formosa, Salta, Santa Fe y algunos barrios del Gran Buenos Aires. Los mocovíes son unos 15.000, según los últimos censos, y se distribuyen no sólo en la provincia de Santa Fe, sino también en grandes sectores de la provincia del Chaco. Los mapuches tienen, en la actualidad, sus principales asentamientos en las reservas de Ruca Choroi, Auca Pan y Atreuco, en donde viven algo más de 35.000 indígenas: en estos lugares los hombres se encargan de las tareas de pastoreo y las mujeres de labores de tejeduría, que les posibilita vender sus productos y obtener el dinero de su subsistencia. Fuera de estas tres reservaciones existen otros 30.000 mapuches, distribuidos en las provincias de Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro y el sur de Buenos Aires. Por su parte, los onas casi han desaparecido del sur argentino, y se cree que en la actualidad no son más de un centenar, la mayoría de ellos mestizados. Hay, por último, algo más de 300 tehuelches que aún habitan en el sur de Buenos Aires, Chubut, Río Negro y Santa Cruz. En general, los censos, estudios y estimaciones se refieren a los indígenas que viven en comunidades, pero excluyen a los que han emigrado a las grandes ciudades y habitan generalmente las villas y barrios carenciados. En este caso, los inmigrantes quedan sometidos a una discriminación por parte de la sociedad a la que quieren integrarse, a veces lo hacen sus propios vecinos que suelen ser mestizos pero se consideran a sí mismos "blancos" en contraposición a "los indios" recién arribados





Los pueblos hoy:
Por su parte, hay comunidades indígenas que continúan con su tradicional estilo de vida, en colectividades aisladas de los centros urbanos, se rigen con sus propias pautas culturales, con sus antiguos métodos de subsistencia, la caza, la pesca, la agricultura y la artesanía: su principal reivindicación es el acceso a la propiedad de la tierra, de la cual se consideran sus poseedores legítimos, porque han vivido en ella desde siempre. Si bien se han registrado avances en una legislación protectora de estas comunidades, con sus derechos reconocidos en el texto constitucional aprobado recientemente, y con institutos indígenas creados en algunas provincias, se puede afirmar que subsiste un no reconocimiento del derecho de estos pueblos a una existencia autónoma. Más allá de los esfuerzos legislativos de distinto signo político, la sociedad en general los ignora y los aísla, abandonándolos a la desigualdad y la pobreza, con consecuencias nefastas de mortalidad infantil y persistencia del analfabetismo, entre otros padecimientos.



Racismo:

El racismo, la discriminación y la invisibilización contra personas pertenecientes a los diversos pueblos originarios que habitan en la Argentina, genéricamente agrupados como indígenas, o que tienen antepasados indígenas, tiene dos grandes afluencias históricas:
La que proviene de la colonización española referida al lugar subordinado que los «indios» debían guardar frente a los «blancos», en referencia a los españoles y criollos. Según la creencia del sistema de castas español, la sangre india "manchaba" (sic) la sangre pura que poseían los blancos.[48]
La que proviene de las «guerras contra el indio» llevadas adelante por el Estado argentino contra aquellos pueblos originarios que habían resistido la conquista española, principalmente en la pampa, la Patagonia y el Gran Chaco.
Si bien ambas corrientes de discriminación suelen confundirse, los pueblos y personas discriminadas por ser indígenas pertenecen a culturas muy distintas, a la vez que las ideologías racistas desarrolladas por cada corriente se organizaron sobre mecanismos y prejuicios que también son diferentes.

viernes, 11 de abril de 2008

Encuentro de los pueblos originarios de America,de Mario e Ivan

Pueblos originarios de America en la actualidad
Alumnos: Mario Portillo-Ivan Perrone


El legado de culturas ancestrales expresado en lenguas que hablan de profundas raíces y los elementos propios de la cosmogonía de los pueblos de América; serán voz de identidad y sabiduría en el encuentro que reunirá a más de treinta etnias del continente americano. Del 12 al 16 de diciembre.
Venezuela se convertirá en territorio de voces ancestrales que hablarán en múltiples lenguas, dejando constancia de la permanencia e identidad de los pueblos originarios de América en el encuentro América antes de América 2005; un viaje por la cosmogonía y las costumbres indigenas de más de treinta etnias del continente americano.
El encuentro, organizado por el Ministerio de la Cultura, la Presidencia del Conac y la Dirección General de Desarrollo Regional a cargo de la Antropóloga Christhian Valles, propiciará espacios de convivencia y mostrará los aspectos sociales, económicos y cosmológicos de estos pueblos, constatando su pasado histórico y cultural, devenido en manifestaciones vivas de comunidades que persisten en el tiempo, permitiendo proyectar una mirada al futuro y fortaleciendo los mecanismos de resistencia a los nuevos modelos de desarrollo que conllevan a una pérdida progresiva de identidad de estos pueblos.
América antes de América 2005, tendrá su apertura totalmente gratuita en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño el lunes 12 de diciembre a las 7:00 p.m. con la presencia de cantos y ceremonias rituales de las etnias Maya Mopan de Belice, Tikuna, Guaraní, Xavante, Potiguara de Brasil, Inuits provenientes de Canadá, Comuent de Colombia, Bribi, Huetar, Brunka, Brunk Cabécar de Costa Rica, Kichwa Otavalo de Ecuador, Mazahuas, Nahualt de México, Kuna de Panamá y los Jivi de Venezuela
Un encuentro para ver de cerca el alimento de los pueblos, su morada, la grandeza de sus civilizaciones, las razas, la magia de los orígenes, su fuerza espiritual, la materia y el espíritu de lo que están hechos, sus costumbres que perduran en el tiempo, sus luchas y supervivencia; sus semillas convertidas en hombres fértiles que danzan en armonía con la naturaleza. Pueblos que cantan la unión y el reencuentro a través de la construcción de una sociedad donde se respete la diversidad cultural; ésta es la esencia de América antes de América.
Biodiversidad de America Latina
www.biodiversidadla.org/content/view/full/20883
ENCUENTRO DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE A ENCUENTRO DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE MERICA
ENCUENTRO DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE AMERICA
Se realiza desde hoy (12/12/03) y el lunes (15/12/03), en la ciudad de Salta, el 1er. ENCUENTRO INTERNACIONAL DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE AMERICA, y la VIII Asamblea Extraordinaria del Parlamento del Pueblo Qullana Aymará (P.P.Q.A), con la participación de representantes originarios de los Kollas, Quechuas, Aymaras y Urus. Los anfitriones serán las distintas comunidades salteñas quienes tendrán una importante participación durante las cuatro jornadas, bajo la coordinación del Profesor Dionisio Tolaba, Presidente del Centro Originario Kollas, Diaguitas y Calchaquí.
Durante los cuatro días, en las instalaciones del Centro Cultural América (Mitre 23), se darán cita con el fin de deliberar sobre un extenso temario para reafirmar la identidad cultural de los pueblos ó naciones indígenas de américa.
La jornada inaugural se cumplirá a partir de las 8,30, en el recinto de la Legislatura Provincial, donde los representantes de las distintas comunidades presentes y autoridades gubernamentales, dejaran oficialmente inaugurado es Primer Encuentro Internacional. El acto se llevara a cabo en la lengua original de las comunidades participantes.
Una vez concluido el acto protocolar, con todo el colorido de sus vestimentas e instrumentos musicales típicos, en una cantidad cercana a los 1.000 indígenas, se desplazaran en una marcha ceremonial encabezados por los yatires, kalanguayos y amaitas (sacerdotes) de las distintas comunidades, por calle Mitre hasta la Plaza 9 de julio, donde, en primer lugar, frente al Santuario de los Niños de Llullaillaco (Museo de Altura) , efectuarán una ceremonia de ofrendas, challacos y danzas en homenaje a esos niños que descansan un largo sueño, reafirmando el origen y espiritualidad de esos niños.
Terminada la ceremonia homenaje, frente al Cabildo Histórico (actual Museo Histórico del Norte) realizarán una serie de danzas y bailes típicos de cada una de las comunidades, para deleite del publico presente.
En horas de la tarde, comenzaran las deliberaciones con conferencias y debates sobre las diversas temáticas previstas, a desarrollarse en las instalaciones del Centro Cultural América.

sábado, 5 de abril de 2008

Argentina: los pueblos originarios seguimos resistiendo en memoria y en la lucha de Alex Lemún

Los pueblos originarios seguimos resistiendo. Es la razón por la que estamos aquí. Resistimos 512 años condenados al despojo, a la muerte y al silencio. Resistimos a la imposición de este Estado Nación vertical y capitalista que nos niega. Que para su consolidación impuso el modelo “roquista” de desarrollo, para el cual el aniquilamiento de los pueblos originarios era condición. Un modelo que implicó la muerte física y simbólica de miles de hermanos y hermanas que fuimos despojados de nuestro territorio, de nuestro entorno, de nuestros medios de subsistencia y de nuestra cultura
Hoy el territorio sigue en manos ajenas. En manos de magnates, de empresarios nacionales y de corporaciones multinacionales, que guiados por la búsqueda constante de lucro impulsan la depredación de la tierra, el agua, los minerales y la biodiversidad, destruyendo nuestra soberanía alimentaria y devastando consigo pueblos y culturas. Para ello imponen, a los descartables del modelo, muerte, represión y sometimiento a todo tipo de opresiones. Esto sólo es posible porque en la cultura occidental los hombres han dejado de sentirse parte de mundo que los rodea. Y han establecido relaciones de dominación con la Naturaleza y con los otros.
El avance de este modelo requiere que nuestra vida cotidiana esté atravesada por la militarización de nuestras comunidades y nuestros barrios, y la imposición de una lectura belicosa del mundo, que nos hace ver a los otros como competidores a los que hay que aplastar. No es sólo la actuación de las fuerzas de seguridad. Es le sentido común que está militarizado. La expansión de las varias forma s de militarizar se hace necesaria para frenar las protestas sociales y las luchas por la defensa de los recursos naturales
Hace exactamente 4 años, el 7 de noviembre de 2002, Alex Lemún, un joven comunero mapuche de 17 años, participó de la recuperación de tierras del fundo Santa Ana. En medio de un violento desalojo, Alex recibió en la frente el impacto de un perdigón de plomo de una escopeta de Carabineros, al servicio de la forestal Mininco S.A. La misma empresa que el Estado Chileno protege al condenar por incendio terrorista a diez jóvenes mapuches, cuatro de los cuales realizaron recientemente una huelga de hambre durante 72 días para hacer oír al mundo la injusticia de su prisión política.
Con esos pocos 17 años su conciencia lo comprometió con la lucha por el territorio y la liberación de su pueblo, que no tiene palabras propias para nombrar la explotación de los recursos naturales. Hoy la lucha continúa contra las multinacionales que, apoyadas por un Estado que no ha perdido su condición de racista, siguen saqueando y expropiando la Naturaleza, la Cultura y el Territorio.
Por eso:
*NO A LA ENTREGA DE TIERRAS Y AL SAQUEO DE LOS RECURSOS NATURALES
*NO A LA MILITARIZACIÓN DE LAS COMUNIDADES
*NO A LA REPRESIÓN POLICIAL Y DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD EN LAS COMUNIDADES Y BARRIOS
*NO A LA APLICACIÓN DE UNA JUSTICIA RACISTA QUE NO RECONOCE LOS DERECHOS ANCESTRALES DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS
EN MEMORIA DE ALEX LEMÚN, CUYA VOZ SEGUIMOS ESCUCHANDO A PESAR DEL RUIDO DE LAS BALAS QUE INTENTAN ACALLAR NUESTROS DERECHOS.
ENCUENTRO DE PUEBLOS INDÍGENAS DE AMÉRICA http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/20883
  En este encuentro tuvieron la palabra representantes de  67 Pueblos Originarios de 12 países de américa que por siglos estuvieron silenciados por la espada y la cruz que intentó borrarles de sus tierras. 
   
  Así pudieron contar de su historia, no la historia escrita por los poderosos que justifican todavía hoy el robo cometido, sino una historia marcada por el descubrimiento que las Naciones Indígenas hicieron de la barbarie de la que es capaz el hombre blanco, en lo que pasó a ser la guerra más larga. Una guerra de más de 515 años que todavía no acabó, en la cual la muerte de la palabra de muchos Pueblos Nativos dio paso al nacimiento de otras palabras tales como despojo, esclavitud, saqueo, invasión, humillación, poder, conquista. 
   
  Hoy, en territorio de la Tribu Yaqui, en lo que las fronteras inventadas por los poderosos quisieron llamar estado de sonora, méxico, llegan los mensajes de las diferentes Tribus y Naciones de esta tierra para conocerse y reconocerse en una historia y un presente de lucha y resistencia común. 
   
Porque quieren hablar de la construcción de un futuro diferente necesitan hablar de este pasado. Porque la conquista de territorio, la invasión cultural, el imperialismo religioso y económico que pretendió el colonizador no quedó en el ayer. Porque los ancestros sí conocieron algo diferente a los modernos modelos político-económicos que hoy se nos presentan como únicos. 
   “Un mundo sin mandones, eso es lo que parece imposible de imaginar para la gente de hoy. Como si la tierra hubiera tenido desde siempre quien impusiera su poder sobre ella y sobre quienes la trabajan, como si el mundo nunca pudiera estar cabal. Son los Pueblos Originarios que miran su pasado, que guardan y cuidan su memoria, los que saben que es posible un mundo sin dominador ni dominados, un mundo sin capital, un mundo mejor”, recordaba el Subcomandante Marcos en la ceremonia de clausura.
  Y por eso es tan importante para los amos de hoy destruir esa memoria, para que no nos recuerden que eso no solo fue posible sino que hoy es posible.  
   
  Así se celebró este primer encuentro de los Pueblos Indígenas de américa, sin mucha de la retórica y tecnicismos a la que muchxs están acostumbradxs, sino con palabras sencillas, sinceras, las que están solo apuntadas en el corazón, en un discurso en el que predominaba el respeto a la Madre Tierra, en una visión global de la naturaleza y la vida, desplazando esta otra cosmovisión y espiritualidad indígenas al orden político, económico y cultural que el capitalismo pretende globalizar por imposición.  
   

CANCION

Soledad sobre ruinas,
sangre en el trigo
rojo y amarillo,
manantial del veneno
escudo heridas,
cinco siglos igual.

Libertad sin galope,
banderas rotas
soberbia y mentiras,
medallas de oro y plata
contra esperanza,
cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la historia se cayó

como se caen las piedras
aun las que tocan el cielo
o están cerca del sol
o están cerca del sol.


Desamor desencuentro,
perdón y olvido
cuerpo con mineral,
pueblos trabajadores
infancias pobres,
cinco siglos igual.

Lealtad sobre tumbas,
piedra sagrada
Dios no alcanzó a llorar,
sueño largo del mal
hijos de nadie, cinco siglos igual.

Muerte contra la vida,
gloria de un pueblo desaparecido
es comienzo, es final
leyenda perdida,
cinco siglos igual.


Cinco siglos igual (León Gieco)

La esperanza y la lucha de los pueblos aborígenes en la actualidad

Los aborígenes y sus lenguas, las leyes que los protegen en la Argentina

Un viaje a través del presente de los pueblos originarios de nuestro país, por las experiencias, logros y

dificultades que su camino cruza, encuentra, anuncia. Y una caminata paso a paso por los susurros de una

justicia que se acerca, con la comprensión, reconocimiento y compromiso de todos. Hoy, muchas de estas

expectativas y búsquedas pueden apoyarse también en las palabras de la Constitución Argentina.

Recuperar la historia

“Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas

argentinos.” (Constitución Nacional)

Frente al descrédito de una comunidad nacional que ha preferido “borrar” a los pueblos originarios de su

historia, estos deben luchar contra la discriminación, los prejuicios y el desconocimiento de la gente que los rodea.

Pero en las últimas décadas, buscando una nueva relación con la comunidad y el Estado nacional

basada en el pleno reconocimiento de su presencia actual e histórica como pueblos originarios, han

comenzado a organizarse y actuar para lograr ese objetivo. Se animan a salir del anonimato, luchan por sus

derechos, indagan en su memoria e investigan los datos que quedan para rescatar una historia asesinada.

Durante 1997, varios lof o “comunidades” mapuche han solicitado su reconocimiento jurídico al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, como organismo que representa al Estado nacional.

Para esto, cada una de esas comunidades discutió y elaboró un Estatuto propio, normativa que es la que acompaña y da legitimidad a la presentación.

Tales Estatutos resultan una contribución ejemplar a esta “nueva relación que se debe gestar en nuestro país a la luz del reconocimiento y respeto de la pluralidad étnica y cultural” (INAI, 1997).

En ese sentido, los Estatutos de los Lof Mapuche intentan conjugar lo más mapuche del derecho de los kwifike che “los antiguos” con la normativa del derecho argentino. En otras palabras, se construye un documento para comunicarse con la sociedad no indígena que responde a formas legales occidentales, pero

basado fuertemente en las pautas culturales mapuches tradicionales. Y son esas raíces las que las voces del Estatuto desean explicitar y enfatizar.

En síntesis, se busca al mismo tiempo fortalecer la identidad originaria y, a la vez, que esta sea conocida y reconocida por la sociedad nacional. De este modo, usando el poder transformador de la realidad que tiene

el lenguaje, el enunciado de este texto trata de revertir lingüísticamente la relación histórica de desigualdad y dominación entre mapuches y blancos, único modo de encarar la nueva instancia de relación social deseada.

Nos gustaría que ustedes conozcan algunos de los conceptos fundacionales de la cultura mapuche, que orientan su vida, las de sus antiguos y las de sus hijos, a través de su propia voz.

“Los Mapuche como Pueblo Originario encontramos en nuestro ancestral territorio o Wajmapu, el origen de nuestra lengua Mapuzugun o habla de la tierra.”

Fíjense la relación estrecha que se teje entre los hombres, la tierra y la lengua. Y su definición desde el principio como “pueblo originario”.

Los mismos mapuche en otro documento asocian la noción de “pueblo” con:

􀁺un territorio

􀁺una historia

􀁺una lengua

􀁺una filosofía

􀁺una organización política propia

Son “pueblo originario” porque hace miles de años que viven en ese territorio, mucho antes de que se formara la Argentina, y aun antes de que los españoles llegaran a América.

Por último, la raíz mapuche lof, con que se llama a una “comunidad”, está asociada a la noción de “juntos”, de una “reunión de cosas de la misma especie” y, muy especialmente, de “trabajar juntos, en sociedad”.

Recuperar la lengua y la educación“...Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural” (Constitución Nacional)

Maestros en lengua originaria

¿Sabías que muchos chicos aborígenes llegan a la escuela sin hablar castellano, ya que en su casa se habla

otra lengua? Y como tradicionalmente, la escuela en la Argentina ha enseñado a leer y escribir en castellano, a todos esos niños les ha costado mucho entender y avanzar en sus estudios.

Pero ahora, en las escuelas de Chaco y de Formosa, los alumnos wichí, toba, pilagá y mocoví pueden aprender a leer y escribir en su propia lengua y en español. En los últimos años, a partir de las leyes provinciales del aborigen, se empezó a formar a docentes auxiliares aborígenes, que acompañan al maestro

y enseñan lo mismo pero en la lengua de los chicos. Estos maestros indígenas están escribiendo libros de lectura en cada una de las lenguas de sus pueblos. En algunos casos, las lenguas nunca habían sido escritas, y por eso es necesario hacerlo por primera vez.

A la espera del diccionario pilagá. Los pilagá de Formosa elaboraron un sistema de escritura para su lengua, que es ágrafa. Pero no fue fácil; la forma de escritura de los blancos no servía para reproducir los sonidos y estructura de su lengua, o tenía que ser adaptada.

Por eso tuvieron que trabajar durante todo el año 1996 en talleres de reflexión y experimentación, buscando las formas apropiadas para llevar a cabo esta tarea.

Este es un hecho histórico importantísimo. Imagínense inventar toda la forma en que se va a escribir un idioma que desde siempre sólo se utilizó para hablar; piensen lo que significa poder dejar registradas por primera vez las ideas, los testimonios y la imaginación que sólo las propias palabras permiten.

Ahora proyectan no sólo preparar lecturas en pilagá, sino sacar el primer diccionario pilagá.

Lenguas orales o ágrafas

Las lenguas originarias de América habladas en lo que hoy es la Argentina son ágrafas, es decir, sin escritura (a = sin, grafo = escritura).

Tsalanawu, el libro de lectura de los wichí.

Nunca en las escuelas del Chaco, en los lugares donde viven los wichí, se había enseñado en su idioma, esa lengua que tenía los nombres de las cosas, las palabras de cariño y de enojo, las palabras que servían a los

wichí para pensar.

Se les enseñaban cosas que nada tenían que ver con su vida, su cultura, sus costumbres. Y así los chicos wichí no continuaban la escuela. Claro, ¿a quién le gusta que no respeten su manera de hablar, las cosas

que hace y sabe su gente, parientes y vecinos? ¿Y quién puede aprender tantas cosas extrañas en una lengua extraña?

Con los auxiliares docentes aborígenes se comenzó a experimentar en algunas escuelas la enseñanza en lengua wichí. Y los resultados aparecieron: no sólo los chicos aprenden a leer y escribir, y pasan de grado, sino que también aprenden a hablar mejor el español.

Pero además, apareció Tsalanawu. Mejor dicho, no apareció; lo hicieron. Los auxiliares docentes wichí, junto con algunas maestras comprometidas con sus alumnos aborígenes y el apoyo económico del INAI, editaron un libro de lectura bilingüe, con contenidos de cultura wichí. Ahora se está probando en algunas escuelas, y no dudamos de que es una iniciativa que va a rendir frutos.

Esperamos que los chicos bici puedan en el futuro continuar usando la lengua de sus abuelos, la lengua materna, y aprender en la escuela con su idioma y sus libros, como los otros chicos del país.

Obtener el pleno reconocimiento jurídico "...reconocer la personería jurídica de sus comunidades..." (Constitución Nacional) Los aborígenes, como una parte de la población argentina, están sujetos a las leyes del Estado nacional. Sin

embargo, como hemos visto antes, los pueblos originarios han sufrido a lo largo de su historia diversos modos de discriminación, genocidio y explotación. Los resultados en el tiempo de estos distintos tipos de violencia fueron también el despojo de sus tierras, la desaparición de identidades, y la condena a la

desigualdad en el aprovechamiento de las oportunidades para el desarrollo individual y social.

Esta circunstancia a menudo se vio favorecida por la falta de un marco legal que atendiera a sus derechos específicos como pueblos originarios y, también, a la falta de instrumentos jurídicos que les permitieran revertir esa falta.

Por eso, para los pueblos indígenas resulta fundamental que el Estado promulgue y aplique leyes que reconozcan su situación, atendiendo a los derechos que les corresponden como antiguos habitantes del suelo. En nuestro país, muchas leyes se han dictado en los últimos años. Sin embargo esto no alcanza: es necesario que los aborígenes puedan hacerlas valer.

Reconocer la personería jurídica de las comunidades significa que el Estado se compromete a considerar con valor jurídico a aquellas que acrediten su pertenencia a un grupo aborigen, como colectivos sociales a los que les caben derechos específicos en tanto pueblos originarios. Así, obteniendo la personería, pueden accionar legalmente en defensa de sus derechos, frente al Estado o particulares (por ejemplo en casos de recuperación de tierras, o reclamos por una educación bilingüe). Además, de esta manera las comunidades pueden recibir apoyo del Estado, o de organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales, para promover su bienestar económico, sus proyectos culturales, organización, educación,

etcétera, sin necesidad de intermediarios.

En virtud de la resolución Nro. 4811 de la Secretaría de Desarrollo Social, el Registro Nacional de Comunidades Indígenas (RENACI) inscribe la personería jurídica de las comunidades, reconocidas por la Constitución, respetando las costumbres y formas de organización propias.

Como hemos visto, a lo largo de la conquista y sobre todo durante la consolidación del Estado argentino y hasta el presente siglo, los aborígenes fueron perdiendo sus tierras. En algunos casos fueron apropiadas por

grandes estancieros, compañías agrícolas, forestales, ingenios azucareros, etc., porque en ellas podían incrementar sus ganancias. En otros quedaron confinados a vivir en sitios pequeños, estériles, que no le interesaban a nadie. Y finalmente, en muchas oportunidades fueron exterminados para desalojar la tierra.

Por eso su principal reclamo al país es el derecho a la tierra: la devolución de las tierras que poseían, o una parte suficiente para sus necesidades. Y, sobre todo, que cese la expropiación de las que ocupan actualmente, que todavía continúa.

La larga historia de una comunidad aborigen: los kolla de Finca Santiago

Desde 1946, los kolla lucharon en Finca Santiago para que les dieran esas 125.000 hectáreas de tierra en las que sus antepasados habían vivido durante once milenios.

Pero en realidad esa lucha es sólo una parte de la que han venido sosteniendo desde los mismos inicios de la colonización española.

Según nos cuenta Festo Chauque, presidente del Centro Indígena Kolla de Salta, en Finca Santiago hay cuatro comunidades kolla o ayllu. Son: Colanzuli, Volcán Higueras, Isla de Cañas y Río Cortaderas. En ellas habitan 3.000 personas, que trabajan la tierra para subsistir.

Pero Finca Santiago tenía dueño, un dueño que no era kolla, desde que estos fueron sometidos por los españoles después de 110 años de lucha.

Desde 1650 las comunidades de la zona fueron dadas en encomienda a españoles, y terminaron bajo el dominio del marqués de Yavi, que las pasó a sus hijos hasta la Revolución de Mayo de 1810. Las comunidades podían trabajar la tierra, de la que sólo tenían la posesión, ya que la dueña era la corona española; por eso, se los obligaba a pagar un alto tributo al marqués.

Con la independencia se anularon los tributos, pero se desconoció a los kolla la posesión de las tierras, que pasaron a ser tierras fiscales. Ellos comenzaron una lucha por recuperar la propiedad de su tierra, y también contra los abusos de los encargados de cobrar “diezmos” (una nueva especie de tributo al Estado).

Por este motivo, en 1873 y 1875 se produjeron batallas en toda la zona de la Puna con el ejército argentino, donde murieron centenares de kolla.

Desde 1930, la Finca Santiago fue comprada al estado por Patrón Costa, dueño del ingenio azucarero San

Martín de Tabacal, y sus habitantes eran considerados también como parte de la propiedad. Como dice Festo Chauque, sus abuelos contaban que los empleados de Patrón Costa se llevaban para el ingenio a los kolla, con látigos y armas de fuego: “antes de cada zafra su tarea era recoger todos los indios que le debían servicios laborales al patrón y cargarlos en carretas de ganado para ir a las plantaciones”. A cambio, sólo recibían el derecho de usar los campos de Finca Santiago para pastorear el ganado con el cual sobrevivían.

En 1946, un grupo de kolla marcharon hasta Buenos Aires para reclamar por sus tierras, en lo que se denominó el “Malón de la Paz”, y fue recibido por el presidente Juan Domingo Perón.

La primera ley de expropiación de Finca Santiago se aprobó por iniciativa de un diputado kolla, pero no pudo hacerse efectiva y por lo tanto quedó anulada a los dos años. Años más tarde, la finca fue vendida a una empresa que se dedica a extraer madera, ya que una parte importante de la propiedad eran selvas de montaña (yungas). Como antes, los kolla debían hachar los árboles por una paga miserable, para no ser desalojados de esas tierras; además, tenían que pagar arriendos a la empresa para poder seguir con su pastoreo y cultivo tradicionales.

Desde que esta empresa (Manero-Quiroc) controló la finca, recomenzó la lucha de los kolla; la compañía quería desalojarlos, confinando a las cuatro comunidades a la parte más inútil de la finca: las áreas altas y heladas de la montaña, la puna, donde no hay agua, ni crecen árboles. Dice Festo: “Su plan era trasladarnos con nuestro ganado a la zona de puna para que nos muriésemos junto con nuestro ganado por falta de agua y pasto. El viento y las nevadas abundan en invierno. No cedimos. Luchamos muchos años.” Y de este modo, mientras la tala sin control devastaba el bosque, los kolla buscaban la manera de recuperar sus tierras o parar ese despojo.

En 1994 se aprobó nuevamente una ley nacional de expropiación de Finca Santiago. Pero la empresa

Manero-Quiroc no quería dejar que eso ocurriese. Sus dueños demoraban la entrega de las tierras, y continuaban día y noche sacando madera, a pesar de que había sido prohibido por la ley.

Para parar los camiones que sacaban los troncos, en agosto de 1996 las comunidades kolla decidieron cortar la ruta. Trescientas personas se tomaron de las manos y cantaron el himno nacional, mientras el juez de la zona mandaba a 40 policías armados. Luego, el “ejército” de camiones, topadoras, tractores y camionetas avanzó y los policías apalearon a la gente, incluyendo a niños, mujeres embarazadas, inválidos y ancianos.

Pero los troncos no salieron.

Paralelamente, los kolla dialogaban en Buenos Aires con el gobierno y el dueño, y se acordó que el Estado comenzaría a pagar al propietario para que abandone Finca Santiago, quien retiró toda su maquinaria y cesó de extraer madera. En marzo de 1997, una caravana de kolla llegó a la Casa de Gobierno en Buenos Aires y recibieron finalmente la posesión legal de las tierras de Finca Santiago.

Dice Festo Chauque: “Esta vez nuestra madre Tierra estuvo de nuestro lado. Hasta el fin de los tiempos defenderemos el bosque natural, la fauna, el aire, el agua cristalina, la vida natural. El ecosistema está a salvo para la salud de los pueblos del mundo entero. Ayúdenos a protegerla, es nuestra vida.” Pulmarí: tierra mapuche

Un caso actual de reclamo de tierras por parte de comunidades mapuche en Pulmarí, provincia de Neuquén, permite apreciar algunas de las nuevas posibilidades, y también ciertas dificultades derivadas de las recientes reformas legales referentes a los pueblos originarios.

En el conflicto suscitado en Pulmarí, caciques y miembros de comunidades mapuche habitantes de la zona de Aluminé, provincia de Neuquén, están siendo procesados por el delito de usurpación a raíz de haberse instalado en las tierras en litigio.

El entonces defensor general de la Nación, doctor Nicolás Becerra, asumió personalmente la defensa del cacique Antonio Salazar, en lo que fue su primera actuación directa en una causa penal vinculada al tema indígena.

Si por un lado la ocupación de tierras puede ser considerada según el Código Penal como delito de usurpación, en el cual se viola el derecho de propiedad, desde el marco cultural que guía la conducta de los mapuche dichas tierras podían ser utilizadas como lo hicieron siempre sus antepasados, desde antes que fueran ocupadas por el Estado o propietarios privados.

El pluriculturalismo, o la diversidad cultural de los habitantes de la Argentina, ha sido reconocido en la Constitución como un derecho. Como dice Becerra en su libro Diversidad cultural y derecho penal: “Aunque el miembro de una comunidad indígena conozca el carácter antijurídico de su conducta en el marco de un entorno cultural que no lo contiene, él tiene el derecho de responder a la valoración de esa conducta desde su propio contexto sociocultural”. Este funcionario entendió, además, que la propia legalidad estatal amparaba a los mapuche. En el artículo 75, inciso 17 de la Constitución se reconoce la preexistencia de los aborígenes en el territorio y el derecho de los indígenas a la propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan. En tanto la Constitución contiene las normas fundamentales, no debe ser contrariada por el código penal. El artículo es operativo aunque todavía no se hayan promulgado las leyes específicas para aplicarlo.

Según el constitucionalista Germán Bidart Campos: “Se trata de lo que en doctrina constitucional se denomina el contenido esencial que, como mínimo, debe darse por aplicable siempre, aun a falta de desarrollo legislativo”.

Participar en la gestión de sus recursos naturales e intereses

“Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.” (Constitución Nacional)

Este derecho constitucional privilegia la participación de los pueblos y comunidades indígenas en el proceso socioeconómico y cultural de la nación, respetando sus propios valores y modalidades.

Antes de la ley 23.302, de la ley 24.071 y de la Constitución Nacional, la relación entre las comunidades y los otros actores sociales tomó el nombre de “incorporación” e “integración”. La palabra “participación” implica el reconocimiento y el respeto por las comunidades y pueblos indígenas, valorando las diferencias culturales y postulando la equiparación social a través del ejercicio de los derechos individuales y colectivos que les corresponden.

Los pueblos indígenas tuvieron un decisivo protagonismo, a través de sus representantes, en la Convención

Constituyente de Santa Fe en 1994, a fin de alcanzar la sanción por unanimidad y aclamación del artículo 75 0 inciso 17, que consagra sus derechos como pueblos preexistentes.

Entre esos derechos está el de ser consultados en todos los temas de su interés.

Justamente con el fin de garantizar la participación indígena en la reglamentación del artículo constitucional, y a pedido de las mismas organizaciones indígenas, se generó una consulta al conjunto de las comunidades indígenas existentes en el país, que se instrumentó a través del Programa de Participación de los Pueblos

Indígenas (PPI), que financió el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas y cogestionó junto con comunidades y organizaciones aborígenes, y organizaciones no gubernamentales indigenistas.

El objetivo fue que los pueblos indígenas, con su participación protagónica, aporten al Estado los criterios y pautas para cumplir con la efectiva operativización de los principios y contenidos del artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional. Se realizaron consultas a las comunidades a través de instancias locales y regionales, culminando el proceso en un encuentro nacional el 2 de septiembre de 1997. Las conclusiones

fueron entregadas al Poder Ejecutivo Nacional e informadas a las comisiones de Población y Recursos

Humanos y de Economía y Desarrollo Regional de la Cámara de Diputados de la Nación, quienes las tendrán preferentemente en cuenta en su relación con los pueblos indígenas.

La finalización de la consulta abre el camino para la presentación de proyectos en orden a reglamentar los

derechos constitucionalmente reconocidos, que permitan el trato igualitario de las comunidades indígenas

con el resto de la sociedad, fundado en el reconocimiento de sus diferencias, estilos culturales, usos y costumbres así como su relación con el medio ambiente.

Pueblos Indígenas y estado Nacional: un camino hacia el pleno reconocimiento

1984 Provincia de Formosa. Ley Integral del Aborigen No. 426.

1985 Ley Nacional No. 23.302 sobre "Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes".

1986 Provincia de Salta. Ley No. 6373.

1987 Provincia del Chaco. Ley No. 3258.

1987 Provincia de Río Negro. Ley No. 2287.

1989 Provincia de Misiones. Ley No. 2727.

1991 Provincia del Chubut. Ley No. 3657.

1992 Ley Nacional No. 24.071. Ratificación del Convenio No. 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre "Pueblos indígenas y tribales en paises independientes".

1993 Provincia de Santa Fe. Ley 11078.

1994 Constitución Nacional Argentina. Artículo 75 inciso 17.+

Fernando Picciano

Juan Cruz Vigo.

EL PROBLEMA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Este texto habla de la población aborigen en el mundo y principalmente en la Argentina preocupados por la disminución de la población y por la falta de censos de los que emigran de su lugar de origen.

Las actuales poblaciones indígenas son los descendientes de los habitantes originarios de nuestro planeta. Se estima que hay, en la actualidad, unos 300 millones de aborígenes distribuidos por todo el mundo, en más de 70 países. Contra lo que muchos suponen, hoy en día muchas naciones están integradas por una mayoría de indígenas. Tanto es así que el 60% de la población de Bolivia es aborígen, al igual que casi la mitad de los habitantes de Guatemala y Perú. Es más, China y la India suman juntas, algo más de 150 millones de indígenas. Según datos no oficiales, la población indígena de nuestro país supera las 550.000 personas: el pueblo más numeroso lo constituyen los kollas, cuyos 150.000 descendientes se distribuyen en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. En Tucumán vive la comunidad más grande de los diaguitas calchaquíes, que suman algo más de 90.000 personas en todo el país. También son muchos los tobas -suman casi 80.000, que viven en Chaco, Formosa, Salta, Santa Fe y algunos barrios del Gran Buenos Aires. Los mocovíes son unos 15.000, según los últimos censos, y se distribuyen no sólo en la provincia de Santa Fe, sino también en grandes sectores de la provincia del Chaco. Los mapuches tienen, en la actualidad, sus principales asentamientos en las reservas de Ruca Choroi, Auca Pan y Atreuco, en donde viven algo más de 35.000 indígenas: en estos lugares los hombres se encargan de las tareas de pastoreo y las mujeres de labores de tejeduría, que les posibilita vender sus productos y obtener el dinero de su subsistencia. Fuera de estas tres reservaciones existen otros 30.000 mapuches, distribuidos en las provincias de Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro y el sur de Buenos Aires. Por su parte, los onas casi han desaparecido del sur argentino, y se cree que en la actualidad no son más de un centenar, la mayoría de ellos mestizados. Hay, por último, algo más de 300 tehuelches que aún habitan en el sur de Buenos Aires, Chubut, Río Negro y Santa Cruz. En general, los censos, estudios y estimaciones se refieren a los indígenas que viven en comunidades, pero excluyen a los que han emigrado a las grandes ciudades y habitan generalmente las villas y barrios carenciados. En este caso, los inmigrantes (no son inmigrantes, nombrarlos así significa que los toman como que son de otro país y aunque así sea no es razón para quitarles sus derechos porque aun los inmigrantes tienen derechos civiles) quedan sometidos a una discriminación por parte de la sociedad a la que quieren integrarse, a veces lo hacen sus propios vecinos que suelen ser mestizos pero se consideran a sí mismos "blancos" en contraposición a “los indios”(el autor de este texto esta discriminando a los aborígenes porque los toma como indios y no nativos aborígenes) recién arribados.

Abigail Avalos Matias Scaravaglione 4º3ª

PROBLEMAS ACTUALES DE LOS INDIGENAS EN AMERICA

Situación actual de los indígenas en toda América:

La situación actual es desfavorable ya que pocos acceden a derechos como la educación y salud. Sufren marginalidad social, discriminación política, discriminación cultural ya que no igualan a los indígenas con el resto de la población, y que pocos estados reconocen los derechos de los indígenas y sus territorios. Muchos grupos indígenas viven bajo la línea de pobreza, lo que trae como consecuencia que no puedan asumir los gastos de escolaridad, transporte, libros y uniformes.

Para empezar, es importante dar una definición de quienes son los indígenas. Los indígenas son descendientes de los habitantes originales de la región. Voy a concentrar en los problemas de los indígenas en los Andes porque hay densas poblaciones de indígenas en esta región. La región de los Andes incluye Perú, Bolivia, Argentina, Ecuador, Chile, y parte de Colombia. Desde que los conquistadores llegaron a Latinoamérica, los indígenas han tenido muchos problemas. Esto es porque, en los ojos de los españoles, los indígenas fueron inferiores y primitivos.
En Bolivia, los dos grupos más numerosos son los quechuas y Aymará. Los Aymaras son estimados de más de dos millones y los quechuas son estimados de más que dos y medio millones. También hay aproximadamente cuarenta otros grupos distintos que ocupan las tierras bajas. Los quechuas y Aymaras también son los más numerosos en Perú. Es estimado que 50% de la populación de Perú es indígena y hay ochenta distintas grupos viviendo en las tierras bajas. En Ecuador los quechuas también son el grupo más grande y hay doce otros distintos grupos indígenas. Es estimado que el 45% de la población de Ecuador es indígena. Estos tres países son en el medio de la región de los Andes y tienen grandes poblaciones de indígenas.
En teoría los indígenas tienen los mismos derechos que todos los otros miembros de sus propias naciones, pero en realidad estos derechos no son aplicados en una manera igual. La discriminación social, económica, cultural, y políticas existen en cada país. Los sistemas nacionales han fallado en reconocer tradiciones indígenas y excluido los indígenas de muchas partes del sistema legal. Pocos estados reconocen los derechos de los indígenas y sus territorios. En los estados que reconocen unos de sus derechos de los territorios, los derechos son parciales y usualmente no son usurpados.
El acceso a la educación y a la salud es limitado para muchos indígenas. Con la pobreza de la mayoría de los indígenas, no tienen suficiente para pagar los costos de la escuela, transporte, libros, y uniformes. Otro problema con el sistema de educación es que la lengua de instrucción no es indígena y por esta razón muchos indígenas no les gusta el sistema. También no tienen suficiente dinero para recibir atención médica, ni pagar para drogas de prescripción. El resultado es altos niveles de analfabetismo y deficiencia de la salud. Muchos gobiernos han negados estas provisiones a los comunidades indígenas deliberadamente.
Las relaciones entre los indígenas y los gobiernos de sus naciones son inestables por otras razones también. Muchos gobiernos tienen políticas integracionales, pero al mismo tiempo existe discriminación racial y hay una falta de participación democrática.

Los indígenas son proporcionalmente menos representados en gobiernos, bancos, consejos de educación, instituciones culturales, aventuras comerciales, y organizaciones internacionales. Pero son lo más representados en los sectores deprimidos socialmente. Estos factores sirven para poner a los indígenas en una situación de desventaja perpetua, que los ponen en el fondo de las economías nacionales.
Un ejemplo de la marginalización de los indígenas ocurrió en Perú. En la constitución de 1993 el gobierno de Fujimori abolió las protecciones legales para los indígenas porque pensó que los problemas de los indígenas necesitaban ser resueltos en el modelo económico liberal. Esto fue malo para los indígenas porque sus territorios fueron abiertos para la expansión de los negocios y no tuvieron estrategias legales para defenderlos. También fue un estudio en Perú con participantes indígenas viviendo en Lima, 81% dijeron que han sufrido discriminación o atestiguaron discriminación racial. El trabajo es el medio ambiente social en donde hay más discriminación y donde los blancos y mestizos tienen la ventaja.
La situación de los indígenas es peor para las mujeres indígenas. Las mujeres indígenas encuentran más discriminación porque son indígenas y mujeres. Las Mujeres tienen pocas oportunidades de participar en las decisiones que afectan a las mismas. Otro problema es que los indígenas reciben menos educación que el resto de sociedad. Por esta razón muchas mujeres indígenas están en el fondo de sociedad en terminos de su educación. Las Mujeres son las primeras víctimas de violencia en la familia, comunidad y frecuentemente viven en la pobreza más extrema.
La pobreza es un problema para muchas personas en Latinoamérica y no solamente los indígenas. En Bolivia, la mitad de la población vive en pobreza y 64% de la población indígena esta debajo de la línea de pobreza. Un individuo está considerado debajo de la línea de pobreza si su ingreso es menor a dos dólares por día. En Perú, más de la mitad de la población vive en pobreza y el 79% de la población indígena esta debajo de la línea de pobreza.
Frente a estos problemas, los indígenas se han organizado, especialmente en los pasados veinte años, para buscar soluciones de los problemas que encuentran. Las organizaciones que han formado operan en los niveles locales, nacionales, e internacionales. Las operaciones usualmente son muy limitadas, debido a problemas financieros y gobiernos hostiles. Su eficiencia y influencia depende mucho en apoyo internacional. Con el aumento de organizaciones de indígenas ha sido un aumento de conciencia de la grave situación de los indígenas.